La industria del Garum y los salazones. Baelo Caludia

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Baelo Claudia: El corazón salazonero del Imperio Romano

En la costa gaditana, donde el Atlántico se funde con la historia, Baelo Claudia emerge como uno de los enclaves más fascinantes del mundo romano. Fundada en el siglo II a.C. y floreciente durante los siglos I al IV d.C., esta ciudad no solo fue un puerto estratégico, sino también un epicentro industrial dedicado a la producción de salazones y la célebre salsa garum.

 Las fábricas de salazones: tecnología y tradición

Conocidas como cetariae, estas fábricas estaban ubicadas en el barrio meridional de la ciudad, cerca de la playa, dentro del perímetro amurallado. Se han excavado al menos una decena de ellas, todas con una estructura común:

Piletas de salazón: Cubetas de piedra donde se maceraba el pescado en sal. Algunas eran rectangulares, otras circulares con perfil troncocónico, lo que sugiere innovación tecnológica o adaptación a nuevas especies como el atún rojo e incluso la ballena.

Patios abiertos: Espacios centrales para el despiece, limpieza y almacenaje del pescado.

Pozos y aljibes: Elementos hidráulicos que abastecían de agua a las instalaciones.

Estancias anexas: Áreas administrativas o de almacenamiento, como se ha documentado en los conjuntos industriales IV y VI.

Estas fábricas podían alcanzar entre 80 y 200 m², con capacidades productivas de hasta 90 m³, lo que las convierte en verdaderas plantas de procesado a escala imperial.

La tienda de garum: comercio y cultura

En el nuevo recorrido visitable del yacimiento, recientemente inaugurado, destaca la única tienda de garum identificada en Baelo Claudia. Situada en el decumanus maximus, esta tienda representa el vínculo entre la producción y el consumo, entre la industria y la vida cotidiana. Aquí se vendía el garum, una salsa fermentada de pescado altamente valorada en la gastronomía romana, exportada desde Baelo a todo el Mediterráneo.

Reconstrucción virtual: arqueología en alta definición

Gracias al trabajo de Balawat, estas estructuras han sido restituidas en 3D sobre mallas fotogramétricas, permitiendo al visitante y al investigador sumergirse en una experiencia inmersiva. Las cetáreas XI y XV, por ejemplo, han sido recreadas con precisión científica, mostrando utensilios, especies procesadas y el ambiente laboral de la época.

 Patrimonio vivo

Baelo Claudia no es solo ruina, es memoria activa. La industria del salazón fue el motor económico de la ciudad, y su legado se preserva hoy gracias a la tecnología, la investigación y la divulgación. Balawat no solo reconstruye muros y piletas: reconstruye historia.