Allá por los últimos años del siglo XX, un pequeño equipo familiar de diseñadores gráficos y amante de los sitios arqueológicos, decidió montar Balawat para explicar a los visitantes el significado de las ruinas. Entonces había poca, muy poca gente haciendo algo similar.
Los arqueólogos estudiaban los edificios en planta, y su desarrollo en altura no existía. Esto cambió con la arqueología virtual 3D, que vino a enriquecer el estudio de los restos arqueológicos hasta un punto en el que hoy no se entiende la arqueología sin la hipótesis virtual en altura.
En el proceso vertiginoso del avance de las tecnologías, fuimos incorporando a nuestro bagaje la realización de vídeos, páginas web, interactivos y el resto de recursos que ahora manejamos.